Macarrones, espaguetis, tallarines y otras variedades de pasta son un alimento muy presente en nuestros hogares y uno de los platos preferidos de los más pequeños. Aunque el alto contenido en carbohidratos la ha puesto en el punto de mira en los últimos años, la pasta es un alimento básico en la dieta mediterránea que, combinado con otros ingredientes saludables, tiene muchos beneficios para la salud.
La pasta se elabora tradicionalmente a partir de la masa de harina del cereal de trigo mezclada con agua y sal, aunque también se le puede añadir huevo u otros ingredientes para enriquecerla nutricionalmente. La que más se comercializa es la pasta refinada, que utiliza la sémola de trigo duro, a la que se le elimina la cáscara o salvado (la fibra insoluble leñosa que envuelve el grano) y el germen (el núcleo del grano, que es rico en antioxidantes, vitaminas, minerales y ácidos grasos).
Al ser un producto con un alto contenido calórico, rico en hidratos de carbono –la sémola está formada básicamente por más de un 70% de hidratos de carbono (almidón) y un 12% de gluten–, en los últimos años se ha establecido el mito de que su consumo engorda. Sin embargo, los carbohidratos son fundamentales en la alimentación saludable por la amplia variedad de micronutrientes, vitaminas y minerales, al igual que por su baja proporción de lípidos y grasas. una “excelente fuente de energía que no engorda y previene la arteriosclerosis”.
Los beneficios para la salud
Consumida de manera adecuada, la pasta nos ayuda a afrontar el día con energía y a mantener la línea, y su gran variedad de preparaciones nos ofrece la posibilidad de cocinar multitud de platos. Como cualquier alimento, la cantidad y la forma de cocinar son importantes. Además, la pasta, en raciones moderadas y acompañada de otros ingredientes saludables, nos sacia, nos aporta nutrientes esenciales y nos da energía.
El beneficio principal de la pasta es el aporte en hidratos de carbono, que nos proporciona energía para las actividades diarias, ya que la glucosa es el combustible principal para el cerebro y los músculos. Su gran aporte energético hace que sea un alimento idóneo para personas que realizan actividad física, ya que los hidratos son de absorción lenta, por lo que la energía se libera poco a poco. Por este motivo, también es recomendable para personas diabéticas, ya que evita los puntos altos de glucosa en sangre.
Para aprovechar este beneficio al máximo –sobre todo si no se realiza un gasto energético intenso– es conveniente comerla a medio día, cuando todavía tenemos horas para quemarla y evitarla por la noche, porque sí que es cierto que los carbohidratos que no se queman se convierten en grasa.
Además de ser un alimento rico en hidratos de carbono, la pasta, por sí sola, apenas contiene grasa y es rica en vitaminas del grupo B. También es rica en fibra, sobre todo la pasta integral, por lo que contribuye a la salud intestinal y ayuda a controlar el peso.
Por si fuera poco, la pasta es un alimento muy asequible al bolsillo, y tiene multitud de variedades y formas de comerla, como con salsa, con verduras, en sopa, en ensalada… y es muy fácil de cocinar.
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